jueves, 4 de diciembre de 2014

Puntos suspensivos finales

Hoy compruebo que el amor no es tiempo, ni dedicación. Que todo puede pasar en un segundo. Que te haces fuerte y débil al mismo tiempo. Que extrañas aún estando cerca. Que solo necesitas su piel y sus ojos. Siento como a cada minuto las lágrimas están a punto de salir, y a veces salen, pero no consuelan. Me duelen los ojos de querer mirarte. Cuando creo que se me olvida tu cara de pronto aparece y me preguntas qué va antes, si la cebolla o el pimiento, y de repente estás arriba mío y me guiñas un ojo y tenemos un orgasmo juntos. 
Siento que no dedicases, ni siquiera, un minuto a desgarrarme a tiras el corazón, que lo dejaste pudriéndose solo, a la espera de algo que no iba a suceder nunca. Es curioso como los humanos alimentamos las esperanzas hasta cuando no existen. Es curioso como me cruzo constantemente con la misma piedra, con los mismos cobardes a un lado y otro del océano. Y sigo buscando mi lugar en el mundo. Me pregunto una y mil veces qué hago, si yo era la primera que estaba llena de barreras, ¡y ya no! ya no quiero ser de hielo nunca más, pero nadie me deja derretirme a su lado. 

Qué triste que ni siquiera usaras tus malas intenciones para destruirme. Me dejaste sola en el calendario, en el mapa, en el tictac de las horas… de muerte. Me dejaste sola en un final sin palabras que no puedo entender.

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